Pocas veces tengo la ocasión de desconectar de todo lo que me rodea, de dejar mis pensamientos volar sin rumbo, sin reglas, sin un lugar fijo al que ir, pero mirar por una ventana, escuchar el murmullo del agua, oler la hierba fresca, el canto de un pájaro, la brisa que entra entre los barrotes, me hacen olvidarme de todo y volar.
Me gusta y encima no es caro, que más se puede pedir?!
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